ABRE MIS OJOS PARA VER LA BENDICIÓN
Hay que mirar lo que esperamos del Señor creyendo, incluso saludando y confesando, existe cuatro pasos que debemos entender para fortalecer nuestra fe, la promesa que recibiremos de Dios tenemos que convertirla en una imagen, debemos mirarlo y creerlo, porque para el que cree todo es posible.
Hebreos 11:13-16 13 Conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; 15 pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. 16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. En este capítulo la biblia nos habla de la fe.
Según la biblia la visión viene con la promesa, la promesa tiene que convertirse en algo que podamos ver, la visión te dará la fortaleza necesaria para perseverar en tiempos difíciles, lamentablemente los israelitas miraban mucho el desierto y se quedaron ahí, si en algún momento pasas el desierto no te quedes ahí, sino mira la promesa, es aquí cuando el desierto llega a ser algo temporal, pero si no tienes una visión puede que el desierto sea todo lo que esperes.
Salmos 119:18 18 Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley. Cuando Dios abre nuestros ojos podemos ver lo que está sucediendo, resulta que a Eliseo el rey enemigo lo estaba buscando, porque Eliseo le declaraba al rey de Israel todo lo que sus enemigos estaban planeando en secreto, hasta que se enteraron que había un profeta y fueron a capturarlo con muchos soldados y ejércitos y rodearon la casa de Eliseo, cuando salió su colaborador miró y le dijo a Eliseo que los ejércitos del enemigo los estaban rodeando, pero Eliseo salió y le dijo a Dios que el abriera sus ojos para que pueda ver, en ese momento Dios abrió los ojos de su colaborador y el miró que los ejércitos del cielo llenaban los montes y Eliseo le dijo que son mas lo que estaban con ellos, que los que estaban con sus enemigos.
Cuando Dios abre nuestros ojos, podemos ver que hay provisión en medio del desierto, podemos ver la dirección correcta, cuando todos están perdidos y desesperados, podemos ver la protección que Dios tiene para nosotros en tiempos difíciles y también nos daremos cuenta que aunque nosotros creíamos que no podíamos, Dios siempre estuvo ahí y lo hizo.
El primer paso para ver el tesoro en el lugar donde estas, es verte en el espejo de la palabra de Dios y es cuando recuerdas quien eres, ya deja de seguir mirando la tragedia, ya no puedes seguir mirándote en el espejo de la noticias que en su gran mayoría son malas, no puedes seguir mirándote en el espejo de que Dios no va a proveer, mírate en el espejo de la palabra y vuelve a entrar en razón y recuerda quien eres, porque Dios no los dio todo, entregó a su hijo Jesucristo por ti y así también te entregará todas las demás cosas, solo debes creer, la biblia te dice, cuando te miras en el espejo de la palabra serás corona de gloria en la manos de Jehová, diadema de reino en la manos del Dios nuestro.
Efesios 1:17 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, si escuchamos la palabra de Dios continuamente el comenzará a cambiar el concepto de nosotros mismos, una vez que cambies el concepto que tienes de ti mismo tu vida cambiará.
Un corredor de fórmula uno para ser eficiente en su deporte, no puede retirar su mirada de la pista, ya que si lo hace puede ocasionar un accidente, el pone su mirada en dirección a dónde quiere llegar y sus manos lo guían en el camino, por eso Jesús mismo dice, «el que pone las manos en el arado y mira atrás no es digno de mi», tienes que tener la mirada puesta en la promesa que Dios tiene para tu vida, en aquello que anhelas y deseas alcanzar.
Albert Einstein decía que la imaginación es más importante que el conocimiento, porque el conocimiento es limitado, pero la imaginación envuelve al mundo, pídele al Señor una promesa, ¡ruega por tu promesa! y cuando la recibas debes convertirla en una imagen y mantener la mirada puesta en el objetivo como el corredor de la fórmula uno y tus manos te seguirán, mantén tu mirada puesta en la promesa del Señor y Dios prosperará la promesa que hay en tus manos, porque tus manos te seguirán.
Predicador: Rev. Enrique Valenzuela