¡YO, SIEMPRE TENGO LA RAZÓN!
La palabra del Señor nos dice claramente, que cuando uno está en un conflicto o problema procuremos arreglarnos lo antes posible para no llegar a situaciones mayores, si en el camino que recorremos tenemos la oportunidad de arreglar el asunto lo hagamos, para estar en paz con todos.
Lucas 12:57-59 ¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? Cuando vayas al magistrado con tu adversario, procura arreglarte con él en el camino, no sea que te arrastre al juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado aun la última blanca.»
Muchos dicen, “no, no, no esto lo vamos a arreglar por las vías legales” ¡evítate de eso!, una buena manera de evitar que el conflicto se agrande es darle a la otra persona la oportunidad de exponer y presentar su posición, alguien decía “si no puedes estar seguro del 100% de que que tienes seguridad de que todo lo que dices es cierto o más del 50%, entonces, porque has de decir a los demás que están equivocados” esta afirmación nos lleva a pensar … cuantas veces nos ha pasado que en una discusión queremos tener toda la razón, pero si en realidad no tienes en tu vida diaria por lo menos un 55% de que hayas tenido razón en las cosas que dijiste , lo más probable es que no tienes el derecho de decir a los demás que están equivocados, todos podemos tener cierto grado de razón por no al 100%.
“Has de ser sabio más que los demás, pero no lo digas” cuantas veces hemos caído en ese error de hacernos a los sabelotodo y hemos generado incomodidades, en ocasiones tenemos que aprender a escuchar… cuando te miras al espejo ves dos orejas y una boda, ahí comprendes lo que el Señor te dice “hijo tienes que escuchar el doble de lo que hablas…” a veces cometemos el error de hablar el doble de lo que escuchamos , debemos generar un buen ambiente de buena conversación también escuchando a nuestros oponentes, al no escucharlos se puede llegar a convertir en una olla a presión que está buscando tener una salida y si no le dejamos hablar puede explotar, por eso una vez que te haya dicho todo, le das la oportunidad a él a que esté más tranquilo y de esta manera puedes tener una conversación más sabia.
¿Cuán sabio quieres ser? Y aunque el otro no quiera cooperar pensemos en Jesús que Él ha demostrado que aún así se puede amar verdaderamente, jamás te verás en aprietos por admitir que te equivocaste, esto mas al contrario te abrirá una puerta para promover el dialogo, pero si tu entras directamente a decir que tú tienes la razón esta situación le pondrá a la otra persona a la defensiva.
Una mujer contaba que mando a hacer unas cortinas y cuando le llegó la factura el precio era exagerado, a los días llegó una visita y entonces en el comentario salió el precio y la visita alarmada menciono que había sido estafada por que el precio no era el adecuando, entonces es ahí que surgió todas las explicaciones del porque había adquirido esas cortinas pero en su interior afirmaba que el precio era exagerado, otro día vino otra visita y en la conversación salió el precio, pero la visita alagó las corinas y el dueño de casa acepto el sobreprecio , en esta situación la mujer que compró las cortinas abrió su corazón, si vemos estas dos situaciones la primera entró a la casa y con tono burlesco mencionó el sobreprecio, pero la segunda persona vino con amabilidad y el dueño se abrió. Recuerda que como tu inicias una conversación abrirá o cerrará el corazón de la otra persona, muchos de nosotros solo sabemos cerrar el corazón de los demás no hagamos eso. Recuerda que los frutos del Espíritu Santo son amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.
Expositor: Rev. Enrique Valenzuela – Un medio seguro de ganar enemigos ¿Cómo evitarlo?
Transcriptor: Fabiola Checa